miércoles, 21 de abril de 2010

¿Es el crédito un “gatillador” de la construcción hedonista del mundo?

Hoy en día uno se encuentra expuesto a varias ofertas de todo tipo muy tentadoras. Aquí es donde surge uno de los problemas principales.
En la actualidad, las grandes casas de comercio, es decir: Falabella, Ripley, Paris, Johnson, Hites, Lider, Jumbo, etc… se encuentran enfocadas en producir un mercado hedonista, es decir, un mercado que no tenga auto control para consumir, que lo único que quiera hacer es consumir. ¿Para qué? Esto es obvio, para que su demanda crezca. Pero ¿Dónde está el problema? El problema es que al crear estas ofertas, la gente tiende a consumir por el simple hecho de que ese producto se encuentra en oferta. Aquí es donde nace nuestro gran problema, el CRÉDITO.
Muchas de estas ofertas que crean las casas comerciales, consisten principalmente en objetos tecnológicos, el problema es que al estar en oferta, la gente lo único que quiere es comprar ya que está “ahorrando” en comprar algún producto en oferta, pero una gran mayoría de este público, según un estudio cerca de un 70% de la población Chilena NO tiene los recursos suficientes (a mano) para comprar esta oferta. He Aquí donde aparece el rol del CRÉDITO.
Si nos damos cuenta, todas las grandes casas comerciales cuentan con tarjetas de crédito, lo que nos permite comprar en 6, 12, 24 o 36 “cómodas cuotas”. Esto, provoca que este público que no tiene los recursos suficientes, puedan acceder a este mundo del crédito. Pero aún no hemos visto el problema del crédito. El principal problema del crédito son los intereses, ya que gracias a esto, uno termina pagando una cantidad de plata mucho mayor a lo que cuesta el producto. Por ejemplo: Un televisor LCD marca Sony cuesta $277.990 pesos. Si uno opta para pagarlo en doce cuotas, cada cuota sería de $28.920 pesos y si lo multiplicamos por doce que seria para poder obtener el total de lo que estriamos pagando uno obtiene un total de $ 347.040 pesos. Es decir, por solo doce meses uno paga un 24.8% adicional al precio real. Y así sigue subiendo el porcentaje adicional a medida que uno va aumentando las cantidades de cuotas.
Entonces, si uno ve a corto plazo, evidentemente el crédito le abre las puertas de un nivel económico mayor a las personas que no están en él sino que en uno menor. O sea, gracias al crédito, una familia de nivel socio económico bajo puede aspirar a tener bienes de un nivel socio económico mayor. Por ejemplo: una plasma, un LCD, un Notebook, etc… pero lo que estas personas no se están dando cuenta es que al fin y al cavo, están comprando un bien mucho más caro de lo que le saldría a una familia de un nivel socio económico mayor que no tiene que pedir un crédito. Por lo tanto, a largo plazo el crédito logra que esta gente tenga bienes caros y de un nivel socio económico mayor al suyo, pero hace que estas personas sean aún más pobres, ya que en vez de gastar $277.990 pesos en un LCD tengan que gastar $ 347.040 pesos.
Ahora bien, si este tipo de mercado que necesita de crédito pudiese ser lo suficientemente paciente y controlar ese consumo hedonista, no gastarían de más. Pero el deseo de consumir es tan fuerte, que hace que prefieran pagar más por un bien y pedir un crédito.
Uno podría pensar que esto solo pasa con la gente de clase baja, pero no es así ya que a medida de que uno va “subiendo” de nivel, las necesidades van cambiando y ya no quieren un LCD sino que un auto nuevo, una casa en la playa, etc… Existe una estadística que dice que más de un 60% de la población con acceso a crédito, gasta más de lo que tienen. Así es que se puede explicar cómo el crédito en parte “gatilla” al hedonismo. Tomas Moulian dice: “Esta forma de acceso al crédito permite la instantaneidad de consumo, lo que para el cliente es la rápida realización del deseo”.

En mi opinión, el crédito posee mucho poder. Si uno como persona sabe y aprende a controlarse frente a esa gama de ofertas, uno podría acceder a un crédito siempre y cuando sea de suma urgencia o importancia. Pero gastar plata que uno NO tiene, personalmente creo que es un descontrol inmaduro por parte del consumidor. Pero creo que el crédito si puede ser útil en momentos de apuros. Por ejemplo: La lavadora de la casa se rompió y hay que comprar una nueva, y uno no posee la cantidad de dinero suficiente en ese momento para poder comprarla, pero sabe de que en 6 cuotas lo va a poder ir pagando mensualmente. En este tipo de situaciones, uno si podría acceder a un crédito ya que en el fondo estas pagando más para tener la lavadora de inmediato y no tener que esperar seis meses. Pero creo que mientras uno no tenga este tipo d necesidades, uno NO debería de acceder al crédito y así poder alejarse de un mundo de consumo hedonista.

Por último, me gustaría compartir una sabia frase que dice: “El ahorro es riqueza”. Esto se puede interpretar de la forma que si uno ahorra, cuando tenga el capital suficiente, va a poder consumir más que alguien que compra con crédito.

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